Cuando se critica a un progre, la defensa del criticado es siempre la misma: no se le critica por razones objetivas, sino siempre por razones subjetivas y, en concreto, ideológicas.
Así, cuando se criticaba que Felipe González nombrara portavoz del Gobierno a una ministro con problemas de dicción, la defensa frente a las críticas era que se le hacían por ser mujer. Cuando se criticó que Rodríguez nombrara ministro de dalomismo a una inútil sin estudios ni ocupación conocida fuera de la política, la defensa frente a los que la calificaban de inepta fue que se la criticaba por ser mujer. Ahora que Ma Chacón ha sido denunciada por sus vecinos por haber colocado una pérgola en su chalé saltándose la normativa, la defensa de la antigua aspirante a todo y actual titular de nada es que se trata de persecución ideológica.
Pase lo que pase, los progres siempre son inocentes de todo, porque la culpa siempre es de los demás.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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