domingo, 11 de diciembre de 2016

Cuando éramos los mejores

Mi primer contacto (a nivel de conocimiento, quiero decir) con la NBA fue a mediados de los ochenta, cuando se empezó a publicar el coleccionable de Mi baloncesto, de Antonio Díaz Miguel. Precisamente en esa época estaba en su cénit la rivalidad entre Magic Johnson y Larry Bird, dentro de la más general entre los Celtics y los Lakers.
De esa época es, por supuesto, el considerar a los de Boston como mi equipo favorito de la NBA, con un quinteto que podía (y puedo) recitar de carrerilla: Dennis Johnson, Danny Ainge, Larry Bird, Kevin McHale y Robert Parish. Y de esa época son también, creo, las primeras retransmisiones en España de la liga estadounidense, con la voz y el estilo inconfundibles de Ramón Trecet.
Luego llegaría la época del reinado de Michael Jordan y sus Bulls, para muchos el mejor jugador de baloncesto de la Historia. Sin embargo, suelo decir que lo de Jordan no tiene mérito: de un alero negro de dos metros, lo menos que se espera es que salte como un gamo. Más mérito tiene ser un base de dos metros con cinco centímetros, o un alero blanco y más bien lento (con el hándicap añadido de unos dolores crónicos de espalda de los que no supe hasta mucho tiempo después).
A lo que voy. La crónica de esa rivalidad, que comenzó antes de la universidad y que desembocó en respeto mutuo e incluso amistad profunda es probablemente la obra de no ficción más entretenida que haya leído en mucho tiempo. Y por mucho que la coautoría incluya a las dos leyendas del baloncesto, el mérito creo que corresponde a la periodista Jackie MacMullan.
Aunque claro, con una historia así, difícil sería no hacerla entretenida. Y el título original (Cuando el juego era nuestro) es mucho más ajustado que la traducción, aunque no tenga ese regusto ochentero a canción de Loquillo y los Trogloditas.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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