viernes, 16 de diciembre de 2016

Con la Iglesia han topado

La izquierda en general, y la española en particular, suele declararse atea, cuando en realidad lo que son es anticatólicos. No hay más que ver los arrumacos y zalamerías que dedican a otras confesiones cristianas, no digamos ya a los musulmanes (los judíos son cosa aparte, la izquierda los odia con todas sus fuerzas, no sé si por ser aliado de EE.UU. o por ser el valladar contra los musulmanes). Cuando un cura católico comete algún crimen, los progres ponen el grito en el cielo. Igualmente se suele tachar de reaccionaria a la jerarquía católica; pero se mantiene la boca cerrada sobre el hecho de que los principales defensores del creacionismo (y, por lo tanto, opositores a la teoría de la evolución) son los protestantes estadounidenses, al igual que la circunstancia de que quienes quemaron a las (presuntas) brujas en Salem, Massachussets, fueron… protestantes.
A lo que iba. A pesar de odiar con todas sus fuerzas a los católicos y el catolicismo, el progretariado no para de manifestar su opinión sobre la vida interna de la iglesia, sus dogmas y sus doctrinas, y de hablar bien o mal (generalmente, esto último) de los sucesivos pontífices. Para ellos, Juan Pablo II era un facha de mucho cuidado (supongo que por contribuir a derrumbar el telón de acero), y Benedicto XVI poco menos que Torquemada redivivo. Francisco I, en cambio, parece concitar todas sus simpatías, y hasta Junior se ha permitido darle su bendición (laica, por supuesto), diciendo que siente admiración por el padre Ángel y que tiene sintonía con el Papa, añadiendo que Tenemos suerte de tener un Papa distinto.
Eso me lleva a hacerme dos preguntas: ¿quiénes tienen exactamente suerte? ¿Un Papa distinto de qué, o de quién o quiénes?

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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