Ya
lo dijo aquella inefable ministra (¿cuál no lo era, en aquel primer gobierno de
Rodríguez?) de Cultura: para los progres, el dinero público no es de nadie. Olvidando lo obvio –que el
dinero público es de todos, puesto que sale de nuestros bolsillos, y no de los
suyos-, lo gastan a manos llenas, como se gasta la proverbial pólvora del rey,
derrochándolo en chorradas, sectarismos o cosas inútiles.
Chorradas:
el Ayuntamiento de Madrid, detentado (y empleo el verbo a conciencia, después de
haber confirmado su significado exacto) ahora por los neocom alardea de devolver la capacidad de decidir a los ciudadanos
–como si no decidiéramos ya cada cuatro años en las elecciones-, celebrando sus
estúpidas consultas en las que la participación no alcanza siquiera al uno por
ciento de la población y en las que, a pesar de ello, se han gastado lafriolera de seiscientos mil euros. Pero bueno, el dinero público no es de nadie...
Sectarismos:
el Ayuntamiento ha subvencionado con un millón y medio de euros a la asociación
que dirigía el número dos de Ahora Madrid (el nombre parece un
apócope, porque debería ser Ahora Madrid
pa’ la saca) con el objeto (no lo pueden remediar, son así de pomposos y
fatuos) de lograr el reequilibrio
territorial de Madrid (¿piensan acaso alzar los valles y rebajar las
lomas?) y la dinamización vecinal (como
sigan haciendo chorradas, van a ver si los vecinos se dinamizan o no… contra
ellos). Pero bueno, el dinero público no es de nadie...
Cosas
inútiles: el Ayuntamiento se gastó dos mil doscientos euros (sí, lo sé, al lado
de los más de dos millones de los dos párrafos anteriores parece poca cosa) en
comprar los billetes para acudir a un evento organizado por la bruja piruja (otra que tal baila) al que finalmente no acudió. Pero bueno, el dinero público no es de nadie...
Jamás
creí que diría esto, pero casi echo de menos a la egabrense.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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