Desde
hace unos años, hago algo más que ver el mensaje de Navidad de Su Majestad el
Rey: además, lo escucho con atención. No se debe sólo al cambio de monarca,
porque ya lo hacía en los últimos años de Juan Carlos.
Este
año no pensaba comentar nada, pero me he topado con un titular que no me ha permitido
permanecer indiferente. Resulta que la Asociación por la Memoria Histórica va a
llevar el discurso del Rey ante el Defensor del Pueblo porque, según esta
asociación, el Rey atacó los derechos de
las familias de los desaparecidos durante la dictadura franquista. Y todo
porque dijo que dijo que vivimos tiempos
para profundizar en una España de brazos abiertos y manos tendidas, donde nadie
agite viejos rencores o abra heridas cerradas.
Para
esta asociación de histéricos desmemoriados, esta frase es una es una declaración política contraria a los
derechos de las víctimas del franquismo y de un carácter político que no le
corresponde un jefe del Estado no electo y que tiene el deber de representar a
toda la sociedad. Yo, que como he dicho escuché con atención el mensaje del
Jefe del Estado, no percibí ninguna alusión, siquiera oblicua, a la Guerra
Civil o la Dictadura. Esta panda de mentecatos, por lo visto incapaces de
perdonar –de olvidar no soy capaz tampoco yo-, no parecen considerar los
derechos de las familias de los desaparecidos durante la República y la Guerra
Civil a manos de las fuerzas de izquierdas. Será porque, en su opinión, esos
asesinados se merecían lo que les pasó, ya que (como suelen decir) algo habrían
hecho.
Por lo
demás, lo llevan claro. Parecen haber olvidado que el artículo 56.3 de la
Constitución establece que la persona del
Rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
¡¡¡VIVA EL REY!!!
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