Con
motivo del fallecimiento de Rita Barberá, en el Congreso de los Diputados se
guardó un minuto de silencio en su memoria. Muestra de respeto de la que se
ausentaron los de la bancada neocom,
por orden expresa de su cabecilla.
Ese
cabecilla no sólo no muestra arrepentimiento, sino que se jacta de su acto
nauseabundo pregonando que va recibiendo felicitaciones por la calle por lo que
hizo. Si asumimos que, por una vez, Junior
está diciendo la verdad, la cosa es para preocuparse. No porque ese sujeto
zafio y barriobajero haya descubierto las bondades de la sinceridad, sino
porque sus palabras implican que España ha llegado, siquiera parcialmente, a un
nivel de degradación moral absoluta.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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