Ayer
hablaba de la manía de los retroprogres
de opinar sobre la organización interna de algo que dicen no compartir (la
Iglesia Católica). Hoy toca hablar de esa otra manía, pareja a la anterior, de
copiar las tradiciones católicas pero vaciándolas de contenido religioso, no sé
si con el ánimo de ofender o con el de que se pierdan.
La
cosa empezó con mamarrachadas (por emplear un término suave) como los llamados
bautizos laicos. Luego llegaron las primeras comuniones laicas, y más tarde las
procesiones laicas. Ahora que por fin han alcanzado el poder –de momento, sólo
el municipal-, estos cristianófobos mantienen las formas de las celebraciones,
pero buscando despojarlas de todo cariz religioso.
Así,
el año pasado la cabalgata de Reyes que se celebró en Madrid fue algo inefable,
porque no hay palabras para describir el espectáculo (nunca mejor dicho) sin
que a uno empiece a salirle humo por las orejas. Este año parece que quieren
hacer algo más tradicional; a saber
qué entienden ellos por tradicional, porque han dicho que será una oda a la curiosidad.
Por otra
parte, dentro de las celebraciones navideñas programadas por el Ayuntamiento se
ha incluido el conmemorar el solsticio de invierno. ¿Para cuando un Ramadán
laico, por ejemplo?
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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