El
autodenominado mundo de la cultura
español se considera legitimado para exponer sus opiniones vengan o no a
cuenta, y no están acostumbrados a que sus actos tengan consecuencias negativas
para ellos. Y cuando eso ocurre –las raras veces en las que ocurre- se
envuelven en un manto de corporativismo cutre y mal entendido y sostienen que
quienes les atacan a ellos están atacando a algo más grande que ellos.
Tomemos
como ejemplo el caso del último bodrio perpetrado por el estrábico Fernando
Trueba. Hace unos meses, al recibir un premio nacional relacionado con la
cinematografía, soltó la lindeza de que él no se había sentido español ni cinco
minutos, y que en una guerra en la que interviniera España iría con el enemigo.
Y el ministro del ramo, que estaba allí, calló como una puta ante semejante
afrenta al país.
Han pasado
los meses, y el cineasta ha estrenado una película. Y como, aunque no lo
parezca, en España hay algo que se llama memoria, la gente no ha olvidado el
insulto. No el insulto a un ministro, a un partido o a un gobierno. No: el
insulto a un país, España, y a sus habitantes, los españoles. Y esos habitantes
han decidido devolverle la hostia donde más le duele a esta gente de la cultura: en su bolsillo. Ni el tato está yendo a ver el bodrio trufado de retroprogres con más ínfulas que talento.
Naturalmente,
el bizco ha reaccionado. Primero, diciendo que aquello que dijo hace meses lo
dijo en broma; sólo que a los españoles que queremos a nuestro país no nos hizo
ni puta gracia. Luego, pasando a la ofensiva (no, no insultando de nuevo, al
menos no salvo la inteligencia) y diciendo que atacar a una película como la suya es atacar al país. Y, por si
necesitara ayuda, el sarasa manchego ha declarado estar horrorizado por la atroz campaña contra Fernando Trueba.
Aunque
no lo entiendas, Pedrito, es algo más simple que una campaña, atroz o no, y se
resume en dos viejos proverbios de ese país del cual Truena no se ha sentido
parte ni cinco minutos en su vida: quien siembra vientos cosecha tempestades, y
de aquellos polvos vienen estos lodos.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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