Ya
dije hace unos días –no por primera vez, al igual que ésta, ¡ay!, me temo, no
será tampoco la última- que los neocom
se presentaron al público y llegaron al poder (afortunadamente, poder local de
momento) proclamándose como los representantes de la gente y diciendo que trabajarían por los verdaderos intereses de
esa gente a la que se blasonaban de
representar. Añadía que, una vez aposentados en las poltronas, a lo que se han
dedicado, en el menos malo de los casos, es a satisfacer sus particulares
obsesiones y manías (y no, no me refiero a andar colocando a todos los
familiares y conocidos que pueden, aunque de eso también hay algo).
Y
si hace días hablaba de los semáforos con faldita (entre otros), hoy toca
hacerlo de lo que se llama el despatarre
masculino, esto es, a sentarse (los varones) con las piernas abiertas, en lugar
de cerradas. Las (y los, que también los hay, aunque sea de boquilla, como
luego diré) feminazis dicen que esto
es una agresión machista y que debe ser erradicado.
Para
empezar, el término es, desde su propia concepción original, feminazi. Porque la
idea viene del inglés, donde el término empleado es manspreading. Pero desde que saltó la noticia me he dedicado a
observar a mi alrededor (no obsesiva ni compulsivamente, tengo cosas más
importantes que hacer… casi cualquier cosa es más importante, en realidad), y
he comprobado que las mujeres también se despatarran,
por lo que podría hablarse de womanspreading.
Pero
es que, además, los hombres (varones) tenemos algo ahí abajo que nos dificulta el tener las piernas juntas, no digamos
ya cruzadas (y lo dice alguien que, a pesar de frisar casi el medio siglo,
sigue manteniendo una relativa flexibilidad, aunque hacer la postura del loto
ya no me resulte tan sencillo como antes), por lo que, como en tantas otras
cosas, el feminazismo pretende ir
contra natura.
Ojo,
que no digo que los varones tengamos bula para despatarrarnos porque está en
nuestra constitución. Pero entre el apretar inhumanamente los innombrables y montar una campaña de señalización en el transporte público con el temita de marras hay un término medio. Máxime, cuando si uno
observa a los representantes (masculinos) de la ideología que está detrás de
esta memez (Junior, Pesetero, Er-rejón y tantos -y tontos- otros) ve que su postura natural es el despatarre, como diciendo aquí estoy yo porque yo lo valgo, y voy a
hacer a mi chati mi número dos (aunque les joda que se lo digan, a él y a
la chati).
¿Sabéis
qué? Mejor hablamos de humanspreading
y lo dejamos en tablas. O no hablamos de ello en absoluto.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario