Cuando
termino de leer un libro y me pongo frente al teclado para escribir unas
cuantas líneas plasmando mi opinión, no suelo tener problemas para saber por
dónde voy a tirar. Sin embargo, este libro se sale de los esquemas habituales.
Para
empezar, parece una novela. Probablemente sea
una novela, pero tiene mucho de cuento estirado. Muy estirado, y más en la
edición española: con los generosos márgenes e interlineado que se gasta no es
extraño que se alargue más de novecientas páginas, que con una edición más normal pienso que podrían haberse
quedado fácilmente en la mitad.
Y
en cuanto al tema… no resulta fácil decir cuál es el tema de la obra. A riesgo
de resultar cursi, diría que es un canto de amor a la ciudad de Nueva York. A una
Nueva York, en todo caso, no real, sino ideal, que con la verdadera coincide
poco más que en la topografía.
Por
otra parte, hay personajes que aparecen cinco minutos para luego desaparecer
para siempre o, si aparecen, es cientos de páginas después.
En
cualquier caso, un libro raro con el que no sabes a qué carta quedarte. Al menos,
yo.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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