En
los veinte primeros años tras la muerte de Franco, la derecha no ganó las
elecciones por dos razones fundamentales: en primer lugar, la lógica opción de los
votantes por una teórica izquierda teóricamente democrática, es decir, el PSOE;
pero, sobre todo, por la desunión entre las diversas formaciones de derechas
(en este sentido, el PSOE fue mucho más inteligente al aglutinar la inmensa
mayoría del voto de izquierdas). Sólo cuando, paulatinamente, el PP repitió en
la derecha la jugada del PSOE, aglutinando prácticamente todo el espectro
político (partidos regionalistas exceptuados) a la derecha del PSOE.
Fue
precisamente la desintegración (o la fragmentación) de PP y PSOE lo que provocó
que se pasara del bipartidismo al tetrapartidismo. Y si la derecha –entendiendo
por tal todo lo que se encuentra a la derecha del PSOE- quiere recuperar el
poder debe unirse. Toda, incluido VOX, que ha crecido conforme el PP abandonaba
su espacio natural.
¿Que
los de VOX son populistas? Pues probablemente, si por populismo se entiende
apelar a los sentimientos del electorado más que a su raciocinio. Pero si el
populismo de izquierdas es admitido, ¿por qué no lo es el de derechas? Por todo
ello, la noticia de que Ciudadanos abría la puerta a que Abascal acompañara a Rivera en Alsasua me pareció excelente.
Le
acompañó, y ya sabemos qué ocurrió: que le sentó como un tiro a toda la patulea
izquierdista y filoterrorista, amén de la iglesia trabucaire o amedrentada. Señal
de que ese es el camino correto.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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