A cualquiera que se oponga a la llamada
ideología de género se le tilda, como
poco, de machista. Y ello aunque lo que manifieste sean (esto es opinión
personal) hechos incontrovertibles.
Si dices que las declaraciones de
muchas de las cabecillas son auténticos desatinos, cuando no manifiestas
sandeces: machista. Si dices que la llamada ley de violencia de género es
inconstitucional porque discrimina en función del sexo y se carga la presunción
de inocencia: machista, aunque admitas que esa inconstitucionalidad puede ser
necesaria. Si dices que muchas de las llamadas asociaciones feministas son en
realidad chiringuitos que se dedican a vivir del dinero de todos: machista. Si dices
que un número apreciable de denuncias de malos tratos son falsas: machista.
Y no importe que líderes de esas
sedicentes asociaciones de defensa de la mujer hayan hecho la vida imposible a
sus ex parejas con denuncias falsas o impidiéndoles ver a los hijos comunes, y
que esto ocurra vez tras vez: siempre habrá un partido político de
ultraizquierda que las defienda, a pesar de las evidencias.
Lo dicho: debo ser un machista, aunque
esté a favor de la igualdad entre hombres y mujeres, sin discriminación a favor
ni en contra de ninguno de ambos sexos (que no géneros).
O precisamente por ello
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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