Los antifranquistas retroactivos (tanto
más anti y tanto más retroactivos cuando más jóvenes son)
siguen empeñados en ganar una contienda civil que sus correligionarios (es
gracioso hablar de religión con una panda de ateos) iniciaron primero y
perdieron después.
Y mientras el Caudillo, que lleva casi
medio siglo criando malvas (es un decir: es difícil creer que en el duro
granito de la sierra de Guadarrama, en el que está excavada la Basílica de la
Santa Cruz del Valle de los Caídos y del que está formada, creo, la losa que
tapa la tumba, pueda crecer siquiera un mísero hierbajo), cual nuevo Cid
Campeador, sigue ganando batallas después de muerto, al tiempo que cubre de ignominia
y bochorno (suponiendo que esos sinvergüenzas tengan precisamente eso, vergüenza)
a los que le atacan.
Me refiero, claro está, al asunto de la
exhumación de los restos mortales del Generalísimo. El dctr Snchz y su gobierno de ígnaros llevan cosa de un año
anunciando que le van a desenterrar ya, enseguidita; pero, como en el artículo celebérrimo de Mariano José de Larra, o como en el caso de los que anuncian la inminencia
del Juicio Final, cuando llega la fecha pronosticada deben, indefectiblemente,
posponerla una y otra vez.
Hace diez días se adelantaba la posibilidad de que el Tribunal Supremo paralizara la exhumación del vencedor
del bolchevismo en los campos de batalla; ayer mismo se confirmó que el alto
tribunal había estimado las medidas cautelares solicitadas por la familia Franco y suspendido el desenterramiento, previsto para el próximo Lunes 10 de
Junio.
A Sin
vocales y a su banda sólo les queda, pues, agachar la cerviz y acatar la
decisión… o hacer buena la declaración parlamentaria del fundador de su partido
y, como los límites de la legalidad no sirven a sus intereses, saltárselos a la
torera.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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