Como dije ayer, el asunto de las
negociaciones entre los tres partidos a la derecha del PSOE para llegar a
acuerdos que posibiliten va a dar materia para varias entradas de este blog.
Hoy me voy a referir al acuerdo en el
Ayuntamiento de Madrid. Las negociaciones entre PP y Ciudadanos fueron un tira
y afloja, con propuestas tan estrambóticas como turnarse en portar la vara
municipal, dos años el PP y dos años Ciudadanos. Dejando aparte que nadie sabe
dónde estaremos dentro de dos años, tal tipo de acuerdos son peligrosos, puesto
que llegado el ecuador de la legislatura municipal el portador de la vara puede
decir Diego donde dijo digo, si te he visto no me acuerdo, verdes
las han segado y hasta luego, Lucas.
Finalmente se llegó al acuerdo lógico,
que era que el candidato popular fuera alcalde y la candidata naranja vicealcalde. Sin embargo, los
votos de ambas formaciones no alcanzaban la mayoría absoluta, por lo que era
imprescindible el concurso de una tercera fuerza para evitar que doña Rojelia siguiera posando sus
(presumiblemente) arrugadas posaderas en la poltrona del palacio de Cibeles.
Y esa tercera fuerza era, naturalmente,
Vox. Pero los pomelos se niegan a
sentarse a una mesa a negociar con ellos, por lo que tuvo que ser el PP quien
lo hiciera. Y el acuerdo se alcanzó, pero de madrugada, ¿para infartar a doña
Rojelia?
Continuará…
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