viernes, 7 de febrero de 2020

De lógica resoluta

Un régimen totalitario de derechas nunca pretenderá ser otra cosa que un régimen totalitario: ni Pinochet ni Franco, por poner dos ejemplos, pretendieron nunca haber sido elegidos por el pueblo. Más bien –seguro en el caso del español, y me lo supongo en el del chileno- se consideraban colocados por designio divino –por la Gracia de Dios, rezaba en las monedas con la efigie del Caudillo- para salvar (al menos, según su concepto de la salvación) a sus respectivos pueblos.
Los regímenes totalitarios de izquierdas, en cambio, sí que pretenden ser democráticos. Y no tienen el mayor empacho en autodeclararse populares, aunque si el pueblo pudiera hablar sin temor es dudoso que diera un gran respaldo a tales sistemas políticos. Quienes se oponen o critican tales regímenes desde dentro son tildados de fascistas, pro imperialistas (entendiendo por imperialismo el de Estados Unidos, por supuesto) o lacayos del capitalismo.
En los regímenes democráticos –o vamos a dejarnos de paños calientes: en la España actual-, los partidos de izquierdas tienen pulsiones totalitarias. Y por ello, consideran de derechas a todos a los que se les oponen, aunque sean de izquierdas; del mismo modo, si les apoyan, las formaciones serán consideradas como indudablemente democráticas, aunque, sobre ser de derechas, sean además de corte racista, supremacista y xenófobo.
Sirva todo lo anterior para introducir la entrada de hoy. Una entrada en la que la introducción va a ser más extensa, probablemente, que el meollo del asunto. Y el meollo es que Vox (ese partido de extrema extrema derecha, como les gusta decir a los socialcomunistas cuando se sienten contentos) ha registrado una proposición de Ley en el Congreso de los Diputados para reformar la Ley de Partidos e ilegalizar los partidos separatistas.
Algo que, por otra parte, debería ser de cajón. De acuerdo con el artículo 6 de la Constitución de 1.978, la creación [de los partidos políticos] y el ejercicio de su actividad son libres dentro del respeto a la Constitución y a la ley. Y si hay partidos que propugnan la secesión, no respetan el artículo 2 de la Constitución, que establece que la misma se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles.
Naturalmente, por proponer la perogrullada que han propuesto, los de Vox son unos fascistas. Eso, por lo menos.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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