El
problema de los políticos actuales –españoles o extranjeros- es que, salvo
contadas excepciones, no tienen visión a largo plazo. Quiero decir con esto que
sus acciones vienen guiadas, en general, por la búsqueda de un rédito instantáneo
(y personal), más que por el interés de aquellos a quienes gobiernan y de los
que vendrán detrás.
Este
es el pensamiento que me genera el leer el titular de que Sánchez quiere negociar con Bruselas la ruina de generaciones venideras,
y la derivada de que Más déficit implica
un mayor endeudamiento cada año, deuda que hemos de pagar entre todos los
españoles y que se desliza, inmoralmente, a las generaciones futuras.
Es
decir, que no voy a entrar a comentar más la noticia. Cuando empecé a escribir
de manera regular en este blog, el objetivo que perseguía, más allá de un
desahogo personal, era poder dar una especie de base argumentativa a aquellos
que lo leyeran –presuntuoso por mi parte, lo sé- para el caso de que
pretendieran confrontar las ideas de la izquierda.
Porque
en España la izquierda no es más inteligente que la derecha, ni sus
afirmaciones tienen más sentido. Simplemente, las repiten más veces, gritando
más alto, y la derecha calla. Pero cuando se les hace frente y se pone de
manifiesto lo que realmente es la izquierda –me refiero a los políticos, no a
(todos) los que les votan-, callan…
…o,
lo que es mejor, te llaman fascista.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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