A
los seres humanos en general, a los políticos en particular y a los de
izquierdas en concreto (no hablemos ya si son españoles) se les podría aplicar
perfectamente aquello de haz lo que digo,
no lo que hago.
Porque
la izquierda está en contra de la casta…
hasta que se convierte en parte de ella. Está en contra de los cuerpos y
fuerzas de seguridad del Estado… hasta que son ellos los protegidos. Están a
favor del acoso de las turbas a los políticos (lo que denominan escraches)… hasta que son ellos los
acosados. Están en contra de las designaciones para cargos de confianza (o de
no confianza) a parejas, familiares, conocidos, amigos y hasta exparejas… hasta
que son ellos los colocantes o los
colocados. Están a favor del funcionamiento democrático de los partidos
políticos… hasta que son ellos los instalados en el machito. Están en contra de
los coches oficiales y a favor de usar el transporte público… hasta que ocupan
un cargo y tienen derecho a tales gabelas. Están en contra del machismo... salvo cuando es ejercido contra mujeres de derechas porque, al fin y al cabo, se lo merecen. Están en contra de los casos de violencia doméstica (lo que ellos llaman de género)... salvo que el acusado, juzgado y condenado sea de su partido. Están en contra de los casos de
pederastia si los presuntos pederastas son de derechas (no hablemos ya si
pertenecen al clero católico)… pero callan como putas si se producen casos de
explotación sexual de menores en centros de acogida gestionados por gente de su
cuerda.
Y
si se les echa en cara alguna de estas incoherencias, te llaman fascista. Pues a mucha honra, rojos de m...
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario