sábado, 9 de junio de 2018

El que no se consuela…

La Farça debe ser de los pocos clubes en el mundo que, gane o pierda, vive siempre en función del eterno rival; en su caso, el Real Madrid. Haga lo que haga el Barcelona, siempre estará mirando de reojo al Bernabéu.
Cuando pierden y el Madrid gana, la culpa es de los árbitros, que ayudan al equipo del régimen (cuando, si algún club ha sido beneficiado por la miopía arbitral -por denominarla delicadamente-, no sólo en España sino en Europa, ese ha sido precisamente el rojiazul). Cuando ganan y el Madrid pierde, además de ser porque el Barcelona juega de la única manera admisible (para ellos) de jugar al fútbol, no pierden ocasión de gritar Madrid, cabrón, saluda al campeón.
Y cuando ellos consiguen dos títulos, pero nacionales, mientras que el Madrid consigue sólo uno, pero internacional, y además por tercera vez consecutiva, entonces hacen lo que sea para no ver los logros del contrario. Hasta celebrar la despedida de un jugador emblemático y la consecución del citado doblete, aunque tanto una como otra hubieran tenido lugar ya hace tiempo.
Todo, con tal de no saludar al campeón…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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