viernes, 29 de junio de 2018

Femitontas

El gran problema de los progres es que, en algún momento, en algún punto, tienen que detenerse. Y siempre habrá alguien que crea que ese punto, ese momento, ha llegado demasiado pronto. Y el progre en cuestión tendrá siempre problemas para justificarse ante quienes les critiquen por haber establecido esa línea roja.
Hace quince días tuvimos un doble ejemplo de lo que estoy diciendo. En los dos casos, el progre era mujer; en un caso, suciolista; en el otro, neocom. La primera fue la inefable vicepresidente Pixidixit, aquella que en su día dijo que el dinero público no era de nadie: ahora resulta que, para ella, los vientres de alquiler son una nueva utilización del cuerpo de las mujeres muy grave, realizándose una compraventa más del cuerpo de la mujer más pobre, y que la postura de los socialistas es muy clara. Aparentemente, no tan clara, porque las juventudes socialistas han dicho que la egabrense les ha escupido a la cara (sic).
El segundo caso fue con la calientacamas de Junior, que cuando fue cuestionada en directo por una madre por gestación subrogada respondió que no es bueno someter el útero de las mujeres a la lógica del mercado, porque llevaría a la creación de granjas de mujeres. Acabó diciendo que el tema no es un punto central en el debate del feminismo.
El problema es que, cuando admites más de un tipo de familia, los tienes que admitir todos. Porque, como queda demostrado, es difícil justificar por qué unos sí y otros no…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

No hay comentarios: