miércoles, 4 de julio de 2018

Exprimiendo

En general, los gobiernos sustentados por partidos de izquierdas son partidarios del gasto público por el gasto público –no hay que sacralizar el déficit-, lo que acarrea subidas de impuestos; en cambio, los gobiernos sostenidos por partidos de derechas tienden más a la contención presupuestaria –el santo temor al déficit- lo que, correlativamente, permite una menor carga tributaria a los ciudadanos.
En lo que acabo de decir, como en todo en la vida, hay excepciones, claro está. Hace unas semanas hablé, creo recordar, del ministro alemán de Hacienda, un socialdemócrata que había promovido una rebaja de impuestos y una bajada del gasto público. En cambio, un gobierno (teóricamente) de centro derecha como el del Partido Popular ha llevado en el último sexenio, con la excusa de salir de la crisis, una política impositiva y de gasto público que dejaba los programas de los partidos de izquierda como una especie de quiero y no puedo.
Hasta que la izmierda ha vuelto al poder, con lo que llegan de nuevo los que de verdad saben crujirnos a impuestos. Con la excusa de crear un Estado social de verdad, o pamema semejante, el gobierno de Sin vocales ya ha anunciado su intención de subirles los impuestos a los bancos –que se han plantado en bloque, alegando que ya pagan muchos impuestos… algo que, en general, todo el mundo opina de sí mismo, dicho sea de paso- y de dar un palo histórico a los trabajadores cualificados (aquellos con un sueldo bruto de más de sesenta mil euros anuales), que pagarán en impuesto sobre la renta y cotizaciones más de la mitad de su sueldo real.
Y ahora vais y les votáis, cretinos.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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