lunes, 29 de julio de 2019

¡Qué escándalo! ¡Aquí se juega!

En los últimos tiempos han proliferado como chinches unos especímenes humanos a los que se designa con el término de ofendiditos. Son unas personas sensibles que se molestan por casi cualquier cosa, aunque no les afecte directamente, que las personas normales encontramos eso, perfectamente normales.
Pero hay casos en que habría que llamarles estupidotes. No porque sus protestas carezcan en muchos casos –la mayoría- de lógica, sino porque algunas reacciones resultan absolutamente irracionales. Vamos al caso.
Cayetano Rivera Ordóñez es matador de toros. Está casado con Eva González, modelo y presentadora de televisión. En una de las corridas celebradas con motivo de las fiestas de san Fermín, en Pamplona, el diestro (ignoro si hay toreros zurdos y, en tal caso, qué nombre reciben) cuajó, como suele decirse, una buena faena, que le llevó a cortar cuatro orejas (y, supongo, a salir por la puerta grande, como acostumbra a suceder cuando un torero obtiene al menos dos orejas en una corrida).
Su mujer, naturalmente, le felicitó. Lo que no es tan natural fue la reacción de algunos de los seguidores de la bella andaluza, que afearon su felicitación y anunciaron que dejaban de seguirla por ese motivo. Pero vamos a ver, almas de cántaro: Eva y Cayetano llevan años casados, él lleva años matando toros y ninguna de las dos cosas es secreta.
Por lo tanto, ¿a santo de qué, tantas alharacas?
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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