viernes, 20 de diciembre de 2019

Messidependencia vs cristianocentrismo

A principios de este mes, Lionel Messi recibía su sexto Balón de Oro. Hace un par de días, Barcelona y Real Madrid jugaban en la ciudad condal el partido aplazado por los disturbios –que no han cesado totalmente en todo este tiempo- en Cataluña. Lo segundo me sirve para confirmar lo que había pensado tras lo primero, y que es lo que da título a esta entrada.
Nadie duda que el de Rosario y el de Madeira son dos de los jugadores más determinantes de la última década larga. Quizá no se hayan merecido todos los balones de oro que uno y otro han recibido (ese de 2010, tras el Mundial de Sudáfrica… tanto el charnego como el del Fuentealbilla habían ganado los mismos títulos con el Barcelona que el enano hormonado, pero, además, se habían llevado la Copa del Mundo), pero sí que han sido importantes para sus equipos.
Algunos dirán que Messi no ha conseguido nada a nivel de selección, mientras que Cristiano sí; otros dirán que Messi, con el tiempo, ha ido evolucionando y, sin perder la puntería, ha aprendido a repartir juego, mientras que Cristiano sigue siendo un goleador puro, cada vez –por puro imperativo vital- con menos potencia física. De acuerdo.
En su origen, tanto el Barcelona como el Madrid jugaban en función de sus estrellas, todo giraba alrededor de ellas. Con el tiempo, como he dicho, Messi empezó a diversificar su juego; entre otras cosas porque, también por puro imperativo cronológico, esa plantilla de ensueño que llevó a que el calvo melifluo fuese sobrevalorado como técnico (a ese Barcelona le habría hecho ganador hasta yo, y eso que detesto al equipo) fue disolviéndose. En el Madrid, en cambio, todo giró alrededor de Ronaldo hasta que se marchó. Fue entonces cuando el a menudo criticado Benzema dejó de estar a la sombra de Ronaldo y empezó a ser percibido como lo que es, como lo que siempre ha sido: un magnífico delantero.
Al acabar el partido de anteayer –con empate a cero-, el entrenador culé (creo que fue él), Valverde dijo respecto de sus rivales que ellos son fuertes en estrategia. De donde se deduce que el Barcelona no, y que lo fía todo, o casi todo, al genio del jugador más desequilibrante del fútbol reciente y al talento de su portero, mientras que el Madrid ha sabido variar su juego en función de los jugadores de los que disponga en cada momento.
Quod erat demostrandum…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

No hay comentarios: