sábado, 21 de diciembre de 2019

No, no y no

Cada vez que oigo que alguien pretende actualizar alguna obra anterior, se me ponen los pelos como escarpias. Porque esa actualización suele consistir en aplicar los criterios del presente a algo que fue concebido en el pasado.
Esto sucede, sobre todo, con las óperas. En cuanto a un director de escena se le cruzan los cables, empieza a situar la acción donde no debe, y te planta el ciclo de Los Nibelungos, que transcurre en un entorno difusamente tardorromano o premedieval, en un escenario industrial, con los personajes vistiendo gabardinas o chorradas semejantes.
Hará cosa de un mes volvió a surgir el rumor de que Michael B. Jordan –el Adonis Creed de la saga de Rocky- estaba en negociaciones con Warner para ser el nuevo Superman. En realidad, todo el artículo es una sarta de vaguedades que no lleva a ninguna parte y que no deja nada claro. Es el mismo problema que tiene Idris Elba cuando se habla de que encarne a James Bond. El problema no es que el actor sea negro; el problema es que el personaje es blanco.
Sea el último hijo de Kripton o el agente con licencia para matar.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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