domingo, 23 de febrero de 2020

De quita y pon

A los partidos de izquierda se les llena la boca con la defensa de ciertos derechos, colectivos o principios. Luego, la realidad se empeña en demostrar en que esa defensa queda en nada, en que es de pura boquilla. Porque, o bien son ellos los que quedan mal –si se critica a una mujer de izquierdas, aunque sea una perfecta inútil, es una intolerable agresión machista, mientras que si se dirigen los más infames denuestos e improperios contra una mujer de derechas, las feminazis de salón callan como peripatéticas-, o bien se alían con individuos cuya conducta está en las antípodas de lo que los progres dicen defender.
Esto se da, especialmente, en la alianza entre izquierdistas y musulmanes. Los comunistas españoles, tan defensores del colectivo NoCHe, no muestran ningún escrúpulo en ser financiados por la teocracia iraní, que rige un país en el que no hay homosexuales –o eso dicen-… básicamente, porque los han colgado a todos de las grúas.
Y los socialistas se ufanan de su defensa de la mujer –cuando cualquier persona con un mínimo de cultura histórica sabe que si las mujeres votaron en la Segunda República no fue precisamente gracias a los partidos de izquierdas, que se oponían-, pero se asocian en Melilla con una formación islamista que boicotea a una escritora feminista marroquí.
Esos son sus principios. Si no les sirven para alcanzar sus fines, tienen otros.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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