viernes, 14 de febrero de 2020

El apestado errante

Los golpistas catalanes se consideran a sí mismos como los únicos y verdaderos demócratas. Tanto más cuanto más perseguidos se hallan por la Justicia de un Estado democrático de Derecho (es decir, España): los dos que se consideran el culmen y epítome de la democracia y el catalanismo son Cocomocho y el bleferóptico con sobrepeso; uno, huido de la Justicia (que no exiliado), y el otro juzgado, condenado y encarcelado.
Uno y otro luchan (no personalmente, son demasiado cobardes para ello, sino por personas interpuestas) por constituirse en los mesías del pueblo escogido catalán. Una especie de disputa entre Moisés y Mahoma (uno bizco y el otro con un corte de pelo imposible, pero bueno). El capilarmente inefable ha conseguido ser admitido en el Parlamento Europeo (pero bueno, allí aceptan a cualquiera, de Ruiz Mateos a Nigel Farage, así que tampoco es tanta maravilla).
Eso sí, una vez allí anda como los presidentes socialistas españoles de este siglo cada vez que hay una cumbre internacional. Es decir, vagando de grupo en grupo intentando pegar la hebra, pero sin que nadie le haga ni caso. En el caso de Cocomocho, han sido los verdes los que se han negado a aceptarle en su grupo parlamentario… por ultra.
Como será, que ni éstos le quieren con ellos.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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