Por alguna razón, Niki Lauda tiene
entre ceja y ceja a Fernando Alonso. Ya le criticaba cuando estaba en Ferrari,
y sigue haciéndolo ahora que ha dejado la marca del caballito rampante.
Sólo así se explica que haya dicho que
el piloto asturiano es egocéntrico y
que había envenenado a Ferrari. Sobre lo segundo no entro ni salgo: puede ser
correcto o no. Pero lo primero tiene gracia: el ser un egocéntrico parece ser
un requisito sine qua non para
triunfar en el mundo del motor, ya sea en dos o cuatro ruedas. Lo es Alonso,
sí, pero también Hamilton y Vettel; y lo eran Schumacher, Prost, Senna y,
probablemente, el propio Lauda.
Probablemente, las únicas excepciones
importantes hayan sido Mark Webber y Felipe Massa, gregarios resignados…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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