Eso fue lo que pensé cuando leí la
noticia de que Junior le había
entregado, durante la visita real al europarlamento para saludar a los
europarlamentarios españoles, un pack de la serie Juego de tronos.
Visita que la izmierda en general no desaprovechó para dejar constancia de su
grosería, zafiedad, mala educación, carácter gañanesco y zarrapastroso y unos
cuantos epítetos más que no voy a poner aquí. En efecto, la mayoría de los
europarlamentarios españoles de izquierdas se ausentaron de la recepción
pretextando excusas a cual más peregrina (creo que no fue el caso, pero del
tipo de me ha surgido un compromiso
posterior) para no saludar al Jefe del Estado.
No se dan cuenta de que, tomando como
pretexto la ideología, las convicciones políticas o como quieran llamarlo, nos
están dando pretexto a algunos para que, en el poco deseable caso de que España
vuelva a ser una República, nos neguemos a saludar al eventual presidente de la
República con un simple lo siento, señor,
pero es que uno es monárquico, y en un alarde de coherencia con los modos y
maneras de la gente de su cuerda, no puedo saludarle.
Al menos, el afán de protagonismo del Jumilde le ha acarreado la crítica de sus bases. A esa panda de groseros le hubiera parecido bien que el coletas no saludara al Rey.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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