El partido de Junior aún no ha pillado cuota de poder (los escaños en el
parlamento europeo no cuentan, allí lo único que pillan es el sueldo, porque el
escaño no les da ni tiempo a calentarlo, con lo poco que asisten…) y ya
demuestra modos y maneras muy propios de esa casta a la que tanto se dedican a criticar.
Y de críticas va precisamente el tema.
Como en todos los partidos, tanto más en los de izquierdas, y mucho más cuanto
más a la izquierda se encuentran, los dirigentes llevan muy mal las
disidencias. Por eso, cuando en Cantabria les ha surgido un crítico, no han
perdido ni cinco minutos en purgarlo.
Eso sí, el muchacho, rebelde él, les ha respondido con una querella. Veremos en qué termina la cosa…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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