lunes, 13 de abril de 2015

El alguacil alguacilado

Nunca me ha gustado la sedicente política de género de la izmierda. No por nada a la norma la llamo Ley de Paridas y al órgano Ministerio de Da lo mismo (igual da). Queriendo (y esto es concederles el beneficio de la duda) arreglar algo tan reprobable como el machismo, se pasaron al extremo opuesto. Para paliar la discriminación de las mujeres en el mundo laboral, instauraron la paridad por decreto: por esa regla de tres, en mi equipo, que tiene cuatro mujeres y un hombre, debería echar a mujer y media para incorporar hombre y medio.
Para luchar contra la llamada violencia de género, el canario López Aguilar se sacó de la manga una ley sectaria y probablemente antinconstitucional, en la que, cuando media una denuncia, el varón es culpable hasta que se demuestre lo contrario. En un efecto bumerán de justicia poética, ahora ha sido el ministro caricato el que ha sido acusado de un delito de violencia doméstica.
Por lo tanto, aunque Beatriz Talegón diga que algunos piensan que todo vale para cargarse a un genio, Lopez Aguilar es culpable según su ley. Aunque le monte una bronca a Susana Griso por entrevistar a su exmujer, es culpable según su ley. Aunque diga en sede parlamentaria que está aforado y no lo puede evitar (falso: es tan fácil como renunciar al escaño, dado que el sinsentido del aforamiento ha superado con mucho sus originales límites parlamentarios y afecta a cualquier infracción que cometa el aforado), es culpable según su ley.
Dura lex… sed lex.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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