Los neocom
han llegado a los ayuntamientos –afortunadamente, no gobiernan en ninguna
comunidad autónoma… todavía- criticando a los que llevan en la política toda la
vida, a los que podríamos llamar profesionales
del tema. Eso les convertiría a ellos, por contraposición, en una panda de amateurs o, por emplear la lengua de
Cervantes, en un grupito de aficionados.
El problema de estos aficionados es que quieren cambiarlo todo; pero no saben que, en
democracia, para cambiar las cosas hay que seguir un determinado procedimiento;
y que, mientras las cosas no se cambien, y aunque suene a perogrullada, siguen
como estaban, por mucho que les fastidie a quienes quieren cambiarlas.
Algo así ha ocurrido en Barcelona. La ocupa del Ayuntamiento (esperemos que no
tarden demasiado en desalojarla) ha establecido una moratoria en materia
turística (debe ser que piensan que todos en la Ciudad Condal son capaces de
vivir del cuento, como ella), saltándose a la torera el procedimiento
administrativo que regula este tipo de decisiones. Por ello, ha sido denunciada por presunta prevaricación.
Aquí he de hacer una precisión. Prevaricar es
dictar una resolución injusta a sabiendas.
Es decir, que el que dicta la resolución tiene que saber que está haciendo algo
mal. Y, la verdad, presuponer ese nivel de conocimientos al consistorio
barcelonés es mucha presuposición.
Lo mismo ocurre con el parlamentario autonómico
canario del grupito de Junior, que ha
utilizado el bono de billetes que la cámara da a sus miembros. Dichos billetes
son para utilizar en tareas parlamentarias, pero el andoba lo ha usado para acudir a un acto del partido. Y el hombre lo ha encontrado de lo más normal porque,
como dice, los billetes están a su nombre, es muy cómodo y no le parece bien
que, además de cobrar menos, tenga que pagar los viajes de su bolsillo. En el
partido le han venido a decir que no es que sea ilegal pero que muy coherente
con lo que critican a los demás tampoco es.
O, como suelo decir yo, será ético, pero muy poco
estético… Eso sí, se van a limitar a amonestarle. Será, supongo, porque es uno de los suyos, que si fuera de la casta, aviado iba.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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