El nuevo volumen de las Memorias del marqués de Sotoancho se lee
en un suspiro. La serie sigue teniendo gracia a ratos, pero ha perdido la
frescura de las primeras historias. Al igual que acabó haciéndose repetitiva la
presencia de la madre del marqués, sólo salvada por los sucesivos detalles que
iban conociéndose de su vida, con su óbito la serie ha devenido una crónica de
los amoríos del aristócrata andaluz.
Al menos, en este libro la impotencia
transitoria del protagonista durante la primera mitad nos libra de las escenas
de cama tan frecuentes en los volúmenes precedentes. Por otra parte, conocemos
algunos detalles del padre del marqués (o del marqués padre, tanto monta), y
Ussía emplea su aguda sátira para criticar cosas como el régimen andaluz o a las
feminazis de Femen.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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