El cuarto volumen (por orden de los
sucesos narrados, aunque el séptimo en ser escrito, lo cual hace suponer que la autora lo escribió para llenar el hueco de tres años entre el compromiso de la
protagonista y su boda) de la serie de Ana Shirley es una novela parcialmente
epistolar, que alterna fragmentos de cartas escritas por Ana a Gilbert con
narración pura y dura.
Como en el resto de la serie (de
momento), la irreductible Ana logra, en ocasiones sin proponérselo
conscientemente, ganarse la simpatía de todos aquellos que la conocen, al
tiempo que hace sus vidas mejores. Una especie de Pollyanna, por tanto, aunque
con un optimismo un punto menos desaforado.
Empero, no todo son alegrías y
risas (hay algunos toques de humor muy buenos), ya que el drama, e incluso la
muerte, rondan de cerca a la protagonista. Sin embargo, todo acaba bien.
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