Hasta donde recuerdo, los arzobispos
de Madrid siempre han merecido el mismo trato cíclico por parte de la
izquierda. Sí, esa que se declara atea, pero que no hace más que meterse en las
cosas de la Iglesia (católica, naturalmente). En esencia, en un momento dado,
el arzobispo en el cargo es considerado como tremendamente reaccionario,
intransigente y recalcitrante, y no hace más que clamarse por su pase al
retiro. El que llega es recibido entonces como el epítome de la Iglesia moderna
y tolerante… sólo hasta que hace algo que no les gusta a los progres, momento
en el que pasa a ser la nueva bestia negra (con capelo, habitualmente).
Ocurrió así con Suquía, volvió a
ocurrir con Rouco y volverá a pasar con el actual, Osoro. De momento, ya hacriticado al padre Ángel por utilizar una iglesia para realizar un homenaje al
recientemente fallecido Pedro Zerolo. Como poco, resulta chocante elegir un
templo católico para hacer un homenaje a alguien que se definía a sí mismo como
ateo y laico (sí, la ignorancia de los progres no conoce límites, ya que
laicos somos la inmensa mayoría de los católicos).
Vamos, que es cuestión de tiempo que
pongan a Su Eminencia Reverendísima en la picota…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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