En el cuarto volumen de las crónicas de las Tierras Bajas, los traductores siguen empeñados en destripar el
argumento del libro en el título, y así sustituyen lo que debería ser Las marcas secretas o Las señales del secreto por El oscuro secreto. Que sí, que se ciñe
al tema del libro, pero que no es lo mismo, para nada.
Por lo demás, la saga sigue adelante,
con una diferencia: mientras que los tres volúmenes anteriores eran aventuras
más o menos cerradas (aunque con vínculos de una a otra), este cuarto termina
con un continuará como un castillo. Por
otra parte, Suzanne Collins se lanza a tratar temas como el genocidio, los
caudillos carismáticos (y pelín demenciados, todo sea dicho) y hasta el amor
adolescente (o incluso preadolescente).
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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