En España no hay redaños para enfrentarse
al necionanismo rampante. No la hay
en la política y no la hay en el deporte. La prueba es que, mes y medio después
de la bochornosa final de la Copa del Rey de fútbol, disputada por dos equipos
cuyas aficiones (al menos, el sector más ruidoso) no se sienten españolas (lo
que hace bastante extraño que participen en la competición de un país al que no
desean pertenecer), la comisión antiviolencia sigue deliberando…
Deliberando ¿qué? En Europa no se
andan con zarandajas. La final de la Copa de Europa se celebró una semana
después. La afición del Farça llevó
banderas secesionistas y rebuznó cantos independentistas. La UEFA no se ha
andado con paños calientes y ha abierto expediente al puticlub.
Como defensa, los culerdos han alegado
libertad de expresión, esa que sólo permiten de ellos hacia los demás, pero no
de los demás hacia ellos. Mientras, el estríper aeroportuario y candidato a
volver a presidir la entidad, chulo él, ha dicho que si los socios quieren que
no sancionen al Cutrelona, lo mejor que pueden hacer es votarle a él. Y que la culpa es del ministerio de
Exteriores español…
Va a ser como en época de Franco, que
futbolísticamente dominábamos Europa aunque políticamente fuéramos unos
apestados.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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