viernes, 6 de mayo de 2016

Frente populista

La novedad más llamativa cara a la probable nueva convocatoria electoral (probable en el momento en que escribo estas líneas, diez días antes de ser publicadas) es la concurrencia en coalición de paleocom y neocom. Es decir, que el Partido Comunista de España, subsumido en Izquierda Unida, subsumida en no recuerdo qué siglas, se sub-sub-subsumirá en una especie de Frente Popular redivivo al que por sus siglas podríamos considerar como una Formación Profesional, puesto que a lo que aspira, al menos por parte de los comunistas de toda la vida, es a colocar a cuanta más gente mejor, para así no desaparecer ahogados por las deudas. Porque, no nos engañemos, el casi millón de votos que consigue Izquierda Unida son los sufragios menos rentables, por mor de la vigente Ley D’Hont que rige nuestro sistema electoral.
Las reacciones ante la noticia han sido diversas. El PSOE, quizá temiendo que se produjera el temido sorpasso (que el iluminado cordobés ya perseguía hace un cuarto de siglo), afirmó que los morados persiguen a los rojos porque buscan así tapar el boquete electoral que se produciría respecto a los últimos resultados, y que cifran en un cuarenta por ciento. Así las cosas, el PSOE podría seguir siendo la segunda fuerza política en España, aunque otros sondeos auguran el desplome de los del puño y la rosa si se repitieran las elecciones (lo que explicaría los intentos, hasta última hora, de Pdr Snchz por alcanzar una mayoría que le permitiera ser investido presidente).
Mientras, la vieja guardia comunista no ve con buenos ojos el citado pacto, quizá temiendo –es una impresión personal- que tanta sub-sub-subsumisión derive, lisa y llanamente, en una sumisión a ese grupo del que intentaron aprovecharse políticamente cuando el de la coleta y sus cofrades eran poco más que una panda de delinquidores que se dedicaban a coartar la libertad de circulación –y las más elementales normas de higiene urbana-, aunque curiosamente (es ironía) con preferencia en aquellos ayuntamientos gobernados por la derecha.
A la salida de su audiencia con Su Majestad el Rey, la cabeza de cartel (de momento) paleocom comentó (en ese alarde de indiscreción tan propio de los progres de todo pelaje) que habían hablado bastante de la posibilidad de que haya una confluencia, un interés que a Garzón le había parecido algo normal, como a cualquier otro ciudadano. Cuando vamos por la calle, la gente también nos lo pregunta.
Dejando aparte que el Rey no es cualquier otro ciudadano, el paleocom no especificó qué sentimientos le producía al monarca la posibilidad de esa confluencia. Al menos, esta vez (de momento cuando escribo) todavía no han hecho un montaje fotográfico coloreando la franja inferior de la bandera de España.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!







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