Los
musulmanes entraron en España porque una parte de los (entonces) españoles les
llamaron (un pretexto, porque visto lo visto, habrían entrado igual: nadie les llamó en Francia y para allá que se fueron). Aunque medio siglo después fue cuando alcanzaron su máxima
penetración en Europa (occidental), nos costaría casi ocho siglos mandarles de
vuelta al otro lado del estrecho de Gibraltar, y una centuria larga más
expulsar los últimos remanentes (lo que económicamente fue un desastre).
Sin
embargo, en los últimos tiempos y a la chita callando, han ido regresando. Como
de costumbre, sin renunciar a sus creencias y su modo de vida, por más que este
choque con los valores occidentales y con los más elementales derechos humanos
(igualdad entre ambos sexos, libertad religiosa y de expresión, etcétera). A
pesar de lo cual, la Federación Española de Entidades Islámicas dice que el Gobierno controla y acosa a los musulmanes con el pretexto de combatir al
yihadismo, acosándoles como en la época
de la Inquisición.
Dejando
aparte que en la época de la Inquisición
a quien se acosaba era a los conversos (y, de éstos, más a los provenientes del
judaísmo) y herejes, no a los musulmanes, estarían mejor calladitos. Que yo
sepa, no se ha ajusticiado a nadie… todavía.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario