He de confesar que, en esta novela de Stephen King, el autor me ha despistado completamente, puesto que a
mitad de la novela todavía seguía sin saber por dónde irían los tiros, a pesar
de que, mirado con retrospectiva, los detalles estuvieran ahí para quien
quisiera verlos.
Quizá diga lo siguiente por
haberlo leído en alguna parte (en el caso de Lovecraft, en Wikipedia), pero el
ambiente de esta novela me resulta una mezcla de la historia de Frankenstein
(en cierto modo) y el ambiente lovecraftiano, todo ello tamizado por el
particular estilo de King.
Estilo que se manifiesta,
como de costumbre, por ir situando las piezas de la historia poco a poco para
ir acelerando el ritmo hasta desembocar en un final de traca (y nunca mejor
dicho), todo ello salpimentado con las muertes de personajes a los que el
lector llega a tomar cariño.
Por otra parte, King presta
(o eso me parece a mí) un especial cuidado en la descripción de la infancia
(algo común a la mayoría de sus obras, en mi opinión, siendo It el ejemplo paradigmático), al tiempo
que el detalle con el que describe el hundimiento del protagonista en el mundo
de la droga quizá sea fruto de sus propias experiencias en el tema.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario