Finalmente,
y a pesar de que la fiscalía había mantenido la petición de prohibir las
estrelladas (qué manía de decir esteladas
siendo como es una palabra en un idioma que no es el español) durante la
final de la Copa del Rey, el juez encargado de decidir el recurso presentado
por, entre otros, el Fútbol Club Barcelona (aunque después me he enterado de que el juez que ha resuelto no es el que ha conocido del recurso culé, sino de otro, por lo que cabe que tengamos dos resoluciones contradictorias), ha decidido permitir la exhibición
de ese trapo anticonstitucional. Sí, anticonstitucional (desconozco si
preconstitucional, y en ningún caso inconstitucional puesto que la Constitución
no prohíbe bandera alguna), porque representa el anhelo de una Cataluña
independiente, lo que va en contra del artículo 2 de la Constitución española,
y por partida doble. Dicho precepto comienza diciendo que La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación
española, patria común e indivisible de todos los españoles: es decir,
España (manía de no emplear la palabrita ni siquiera en la Constitución) es
indisoluble e indivisible, y los secesionistas catalanes pretenden disolver la
unidad y dividir España.
Las reacciones
han sido de todos los tipos: la estríper asaltacapillas ha dicho que los conflictos políticos no se solucionan con represión. Dejando aparte el hecho de que creía que se trataba de un
evento deportivo, y a que todos estos pijiprogres y necionanistas se les llena la boca diciendo que no hay que
politizar el deporte, ¿cómo pretende exactamente Rita solucionar el conflicto?
Quizá sacando las tetas a pasear, que es como estas feminazis resuelven
cualquier conflicto.
Por su
parte, el presidente de la Liga de Fútbol Profesional, Javier Tebas, ha dado en
el clavo al decir que las estrelladas son símbolos que defienden la destrucción de España. Que es, más o menos, lo
que yo he dicho un par de párrafos más arriba, y antes de haber leído las
palabras de Tebas.
Y
mientras, la delegada del Gobierno en Madrid recibe amenazas por tener un padre falangista –es de suponer que después de ella se dedicarán a amenazar a Felipe
González, los hermanos Guerra, José Bono, Cristina Almeida, Rodríguez Bermejo,
la Vicevogue y tantos y tantos progres-, amenazas de las que los
corifeos (más feos que coro) de la estríper hacen mofa y befa.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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