Tuve conocimiento de esta novela de Mitch Cullin por la película homónima. Aunque, para ser honrado, he de reconocer que me adormilé en algunos pasajes de la misma, por lo que tendré que esperar a adquirirla para poder verla (ahora sí) en su totalidad. Sin embargo, esta entrada es sobre la novela, no sobre la película. Y la novela sí que me la he leído entera.
Podría decirse que no es ni una novela de Sherlock Holmes ni una novela sobre Sherlock Holmes, sino una novela con Sherlock Holmes, en el sentido de que elige al genial personaje de Conan Doyle para hacer una serie de reflexiones sobre la vida en general y sobre la ancianidad en particular, además de sobre la búsqueda de la propia identidad y la necesidad, en ciertas ocasiones, de las mentiras piadosas.
Como suele suceder, el guión de la película suavizó algunos detalles de la novela... detalles que no voy a revelar aquí, claro está.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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