La
segunda parte de la saga de las odiseas no es tanto una continuación de la
primera novela como de la película homónima. Por ello, en lugar de
desarrollarse en la vecindad de Saturno, lo hace en la de Júpiter (lo que,
probablemente, dé mucho más juego).
En
cuanto al tono, creo que es entraría dentro de una categoría de ciencia ficción
que podríamos llamar semidura. Es
decir, se mantiene dentro de unos parámetros científicos bastante estrictos
(ambientes, tecnologías, etcétera), pero dando algo más de cancha a los
personajes (y sus personalidades) e introduciendo ocasionalmente notas de
humor.
En
su día, también leí este libro. El destino final de Júpiter –que no desvelaré
aquí- me pareció brillante y se me quedó marcado, así como la última escena contemporánea –sin tener en cuenta, por
lo tanto, el epílogo de dentro de ciento ochenta siglos-, con un personaje
hibernado y sonriente.
En
el debe, por decir algo, señalar que dieciocho mil años me parece escaso tiempo
para el desarrollo (evolutivo) de la inteligencia, por muy acelerado que sea ese desarrollo.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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