La
izquierda española (la clase política en general, pero tanto más acentuado
cuanto más a la izquierda) siempre ha sido dada a decir una cosa y hacer
exactamente la contraria. Como, por ejemplo, protestar contra los desahucios
para luego aprovecharse de uno y comprar un piso más barato, como hizo cierto
comunista andaluz con responsabilidades gubernativas.
O,
como ha hecho recientemente el concejal de Economía y Hacienda del ayuntamiento
de Madrid, pedir rigurosidad mientras
se inventaba los datos del impuesto sobre bienes inmuebles. Y debió cogerle el
gusto a la cosa, porque dos días después lo que se inventó fueron los datos de la plusvalía municipal.
Todo esto venga, probablemente, de afirmaciones tan
precisas como aquella de vamos a dedicar
nada menos que una cantidad muy importante, doña Rojelia dixit.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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