Cuando
compré este libro (¡ay, mi afán completista!) pensé que sería la versión peculiar de Los cuentos de Beedle el bardo, esto es, una versión levemente
disfrazada de cuentos tradicionales (al menos, así es como recuerdo el librito
de J. K. Rowling… tendré que repasarlo).
Sin
embargo, esta colección de cuentos –en lo que sí coincide con la equivalente en
el universo Potteriano es en su
carácter podríamos llamar metaficticio,
en el sentido de ser historias aparentemente ficticias dentro de un universo a
su vez ficticio- son, hasta donde se me alcanza, completamente originales.
Quiero decir que no me han parecido versiones peculiares de cuentos del mundo real,
sino elaboraciones creadas por el autor… que, no nos engañemos, seguramente las
creó motivado, al menos parcialmente, por el legítimo afán de ganar dinero, más
que por el de añadir nuevos matices al universo que creó. Que también, pero que
todos sabemos qué es lo que hace girar el mundo.
En
cuanto a la moraleja común o general de las historias, es tan sencilla que
hasta yo la he percibido: si eres peculiar, mejor no te mezcles con los humanos
normales… por tu propio bien. Una derivada sería, como puede verse en el cuento
de Los caníbales amables, es que los peculiares
son, en ocasiones, tan humanos como los humanos normales… en un sentido
hobbesiano.
Resumiendo:
una colección de cuentos originales que se lee prácticamente del tirón, a lo
que ayuda el tipo grande de letra y lo ameno de las historias.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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