Dentro de un mes, poco más o menos (más bien menos que más), los catalanes celebrarán esa festividad a la que, originales como son, dan en llamar la Fiesta. Y los golpistas llegan a esta efeméride –era sólo cuestión de tiempo, dada su heterogeneidad- divididos.
Así, exconsejeros ierreceosno irán a los actos, y tildan a la sedicente y sediciosa asamblea nacional catalana de panda de exaltados (ya tardaban en darse cuenta), mientras que sus sedes y las de los pedecatosson víctimas de los grupúsculos terroristas de los sediciosos, que dejan basura y excrementos frente a las mismas. Desesperados, los separatistas buscan, a un mes de la fecha, una unidad de mínimos para salvar, vaya con la fechita, el once de Septiembre.
No será porque no lo he dicho cienes y cienes de veces, pero es que la Historia nos ha enseñado que cuando un grupo social utiliza a otro como forma de cambiar las cosas, azuzándolo y alimentándolo, la herramienta –llámese sans-culottes o bolcheviques- acaba volviéndose contra quien pensaba utilizarla para hacer su capricho.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario