Algunos
sostienen que la curva de Laffer no es tal curva, sino tan sólo el resultado de
unir los puntos, sin que pueda
establecerse la correlación que el economista postula: que aumentos en el tipo
impositivo suponen incrementos en la recaudación, pero sólo hasta cierto punto,
a partir del cual empiezan a decrecer; o, dicho de otra manera, que hay
ocasiones en las que, bajando los impuestos, sube la recaudación.
Quizá
los detractores tengan razón y todo sea casualidad. Pero es que, mira tú, la
casualidad se produce una y otra vez. Y tanta casualidad le hace a uno pensar
si no habrá que bailar las letras y hablar de causalidad. Tomemos dos ejemplos
recientes.
En
Andalucía, los socialistas han gobernado casi cuatro décadas, dejando a la
región –la única en España en la que no había gobernado más que un solo
partido- a la cola de España en lo que a economía se refiere (bueno, y
educación, y empleo, y…). Tras las últimas elecciones regionales, entró a
gobernar el centro derecha (o el trifachito,
como le llaman los suciolistos) y,
¡mira tú!, con una bajada de impuestos se ha producido un aumento en la recaudación del siete por ciento. Ya me gustaría a mí tener subidas de sueldo
de la mitad de ese porcentaje.
Y
mientras, mucho más al Norte, en el paraíso
de la socialdemocracia –me refiero a Suecia- llevan cuatro años con
superávit y esperan tenerlo tres más… todo ello con recortes de impuestos. Ya podrían
aprender algunos por aquí abajo…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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