En
las televisiones regionales, sobre todo en la catalana, se ha hecho con
frecuencia mofa, befa y escarnio –cuando no actos que cabrían perfectamente
dentro del tipo penal de la injuria- de todo lo que tenga que ver con España,
sus instituciones y sus personas. Pero cuando la cosa es al revés, parece que
el sentido del humor disminuye, cuando no desaparece directamente.
Viene
todo esto a cuento de que, un par de días antes de la fiesta mayor de la
región, un monologuista hizo un monólogo (qué, si no) irónico sobre la
efeméride y Chistorra. ¿Cuál fue la
reacción de los ironizados? Transcribo literalmente:
Sí, sí, es un
monólogo y podemos hacer coña de muchas cosas, podemos relativizar muchas
cosas, pero hay gente en la cárcel, hay gente en el exilio, y van a la caza del
presidente Torra, que deberá ir al juzgado porque defendió la libertad de
expresión con una pancarta en el palacio de la Generalidad.
Vamos
por partes: hay gente en la cárcel porque han cometido un delito; no hay
exiliados, hay prófugos de la Justicia; y la libertad de expresión tiene los
límites que las leyes le establecen, límites que el testaferro de Cocomocho traspasó.
Y
mientras, uno de los delincuentes encarcelados añade el aviso de reincidencia,
al decir que el próximo embate deberá ser para ganar.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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