No
sé si la izquierda en general, pero la española sí desde luego, suelen elevar a
la categoría de esencia lo que no son sino accidentes. Cuando les conviene,
claro.
Me
explico: si se dice que Grande Marlaska es un mal ministro del interior, el
crítico será tachado de homófobo; si se señala que la calientacamas está donde se encuentra por ser madre de los hijos de
quien es, el que lo señale será motejado de machista (pero nadie dice sobre el
crítico nada cuando se indica que Ignacio Urdangarín consiguió lo que consiguió
por ser marido de quien es); el que diga que las organizaciones que trasladan
africanos hasta Europa lo que hacen es contribuir –no vamos a indagar si
intencionadamente o de buena fe- a un abyecto tráfico de esclavos será tildado
de xenófobo, racista y no sé cuántas cosas más. Y así sucesivamente.
Por
ello es importante no caer en la trampa y no dejar de decir las verdades: con
educación, con cortesía incluso, pero las verdades. Esa es la razón de que
Esperanza Aguirre –ésta, además, porque les vapuleaba en las urnas- o Rafael
Hernando, por poner dos ejemplos, fueran mucho más denostados que otros más
tendentes a templar gaitas; o que Triple
S pasara de ser la bestia negra parlamentaria
para los socialistas (recordemos los debates contra la otra Soraya, ahora en Ciudadanos) a, tras los coqueteos con el
secesionismo catalán, ser considerada como una opción razonable (por parte de la izmierda,
claro) para suceder a Mariano Rajoy.
Por
ello, precisamente, suscitó tanta crítica (por parte de los retroprogres, pero también de los maricomplejines) el nombramiento de
Cayetana Álvarez de Toledo como portavoz del Partido Popular en el Congreso de
los Diputados. La bancada antiespañola auguraba tiempos de palos dialécticos
desde las filas del partido de la gaviota, al menos en el hemiciclo de la
Carrera de San Jerónimo.
Y
hay que reconocer que, al menos en su estreno parlamentario, la hispano-franco-argentina no
ha defraudado en lo más mínimo.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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