Mientras
leía esta novela le comenté a una amiga que, entre los escritores de best sellers que conozco, John Grisham
es el que más tiempo lleva sin producir una obra maestra. Me explico: Stephen King escribe tanto (ya no debe acordarse de que cuando sufrió el atropello,
dijo que remataría la saga de La torre oscura y dejaría de escribir), que de vez en cuando publica algo que,
además de éxito de público, concita las alabanzas de la crítica (22/11/63, por ejemplo); John Le Carré,
publique lo que publique, será ensalzado por los críticos, pues ya hace tiempo
que pasó a estar más allá del bien y del mal; a Ken Follett, de vez en cuando
le alaban; y Frederick Forsyth ya está de retirada, así que no cuenta.
El
autor de Arkansas mantiene un buen ritmo de publicación de novelas (una cada
año o año y medio, calculo), pero, por lo que recuerdo, hace bastante que no
produce ninguna excepcional. Sus obras mantienen un buen nivel medio, pero sin
alharacas; las tramas, en cambio, resultan más previsibles, en el sentido de
que el final puede adivinarse, y sólo queda por desentrañar lo que ocurrirá en
el trayecto.
Por
otra parte, suele ser común a sus novelas que Grisham deje bastante clara su ideología
política, hablando por boca de sus personajes. Pero de nuevo lo hace sin
estridencias, sin molestar, y eso se agradece.
Para
terminar, un detalle curioso. Me compré este libro hará como año y medio (o y
tres cuartos). Cuando se aproximó mi cumpleaños del año pasado uno de mis
hermanos, como suele hacer habitualmente, me pidió lista de posibles regalos, y
dentro de la que le di estaba este libro. Me lo regalaron, aunque en edición de
bolsillo. Y hoy, al terminar el volumen normal,
le eché un ojo a la edición de bolsillo, y me encontré con que al final traía
una suerte de precuela, en la que se narraba el juicio de Junior Mace.
Y
mira que traducir The whistler como El soborno… Además de ser
argumentalmente incorrecto, era facilísimo haberlo hecho como El chivato.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario