Si
uno busca en el diccionario la definición de hamburguesa, se encuentra con que
es una tortita de carne picada, con
diversos ingredientes, frita o asada. Es decir, que para ser una
hamburguesa verdadera, tiene que tener carne como ingrediente imprescindible.
Por
otra parte, hace tiempo leí que cuando a algo que se conceptúa con una sola
palabra se le aplican adjetivos, es porque el nuevo concepto no es verdaderamente el antiguo: una guitarra
eléctrica no es una verdadera guitarra, el café descafeinado no es un verdadero
café, la leche desnatada no es verdadera leche… y, vamos a ponernos demagógicos
e intolerantes, el llamado matrimonio homosexual no es un verdadero matrimonio.
Por
lo tanto, una hamburguesa vegana no
es una verdadera hamburguesa. Una cadena de hamburgueserías no debería vender
ese tipo de productos, al menos no como hamburguesas. Y si lo hace, sabiendo lo
fanáticos que tienden a ser los veganos, no debería cocinarlas en la misma
parrilla que las de carne.
Pues
bien, Burguer King ha hecho todo eso: comercializa esos productos, los vende
como hamburguesas… y los cocina en la misma parrilla que las de carne. Naturalmente,
han sido demandados por un cliente vegano de Florida.
Si
es que lo estaban pidiendo a gritos…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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