Como
todos los años por estas fechas, Su Majestad el Rey don Felipe VI pronunció
ayer su discurso de Nochebuena. Como todos los años desde hace unos cuantos ya,
lo escuché con atención, para no tener como única referencia opiniones de
segunda mano. Como todos los años desde hace unos pocos menos, pongo mi
valoración en este blog.
De
entrada tengo que decir que, como de costumbre, me gustó (quizá el ser
monárquico juega a favor de esa valoración). Siempre hay algunos que dicen que
el Rey ha estado tibio, que debería haber sido más contundente, que poco menos
que debería haberse puesto el casco y encabezar una división acorazada que
avance por la Avenida Diagonal rumbo a la Plaza de san Jaime.
Inciso:
no sé, ni me interesa, si la avenida Diagonal se dirige o no hacia la plaza de
San Jaime. Pero se me entiende. Fin del inciso.
Frente
a esos exaltados, a mí no se me escapa que el Rey tiene, constitucionalmente,
muy limitadas sus atribuciones. Sólo en casos excepcionalísimos –el 23 de
Febrero de 1981, el 1 de Octubre de 2.017- puede parecer que pasa por encima del Gobierno y expresa su opinión sin
cortapisas. Por eso, lo más que puede hacer es lo que hizo anoche: hablar claro. Que no es poco, aunque tenga que tirar de tópicos y de lugares comunes.
Luego
están las valoraciones de los demás, que son bastante indicativas (para los
lectores neófitos, que alguno hay, recomiendo una visita a la entrada de la doctrina Mafalda, que es el criterio que
empleo en estos casos) y que, en general, corroboran (admito que el sesgo de
confirmación puede jugar un papel importante) lo que acabo de decir.
Los
partidos constitucionalistas (PP, Vox y Ciudadanos –el PSOE actual NO lo es, y
es dudoso que lo haya sido alguna vez-, por orden de representación en el
Congreso) elogiaron el discurso y consideraron que tenía sensatez y templanza. Chistorra
dijo que el problema es España para Europa; pero es que, como de costumbre, los
necionanistas ven las cosas al revés:
Europa, en algunas cosas, empieza a ser un problema para España. Ese cuyo
apellido le retrata criticó el discurso diciendo que parecía un mitin de Vox; como es tonto, no
parece darse cuenta de que, para algunos, ese es el mejor elogio que cabe hacer
al discurso regio.
Y
mientras, Pierre Nodoyuna a lo suyo,
que es intentar seguir un poco más en La Moncloa con la ayuda de, entre otros, los neocom, que (mira tú por dónde) por una
vez ensalzaron al Jefe del Estado.
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